Pérez Toledo ha realizado esta reflexión en el acto de apertura de la IV Jornada sobre Finanzas Sostenibles organizada por Bankoa Abanca y APD, en la que participan también representantes de Orkestra, Irizar, Petronor, CNMV, CAF, Mondragón, Inverco, DGS, Unespa, Ceca, el Banco de España, Elkargi, la Asociación Española de Banca y el Gobierno vasco.
La presidenta de la patronal vizcaína ha señalado que, en un ambiente de “incertidumbre generalizada”, lo primero que “debe ocupar las agendas políticas es la propia supervivencia de las empresas, es decir, que ser empresaria o empresario merezca verdaderamente la pena”. “Que nuestras empresas sean viables y rentables, en una palabra, sostenibles”, ha apuntado Carolina Pérez Toledo, que ha recordado que el coste de financiación de las empresas marca “máximos históricos desde 2014 para las pymes y desde 2008 para las grandes”.
Según ha manifestado, el objetivo de este acto son los finanzas sostenibles en un mundo que reconoce la necesidad de avanzar hacia la sostenibilidad, en la línea marcada por la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La máxima representante de Cebek ha defendido que las finanzas sostenibles son importantes porque promueven “el desarrollo sostenible al invertir en proyectos con un impacto positivo en el medio ambiente y la sociedad”.
Según ha destacado, las inversiones sostenibles ayudan a reducir la pobreza, a mejorar la salud y el bienestar, y contribuyen también a promover la igualdad de género.
Asimismo, ha destacado que, durante los últimos años, la sostenibilidad se ha ido posicionando como una de las principales variables para la toma de decisiones, tanto para las empresas en lo relativo a sus operaciones como en el proceso de la concesión de la financiación.
“Los productos y los servicios financieros ‘verde'” no solo tienen un impacto positivo sobre la sociedad, sino que han incrementado su atractivo en el mercado, y representando una buena parte del futuro de la relación entre empresas y entidades financieras”, ha asegurado.
Ha añadido que estas entidades, bancos y fondos tienen los mismos retos de transformación hacia factores ESG (Environmental, Social and Governance) y lo hacen principalmente incluyendo clientes “verdes” en su cartera de inversiones.
Por otra parte, ha apuntado que, hoy en día, las direcciones financieras de las empresas tienen también la responsabilidad de garantizar la implantación y adaptación de los mecanismos internos de supervisión “para dar respuesta a los múltiples requerimientos en materia de sostenibilidad”.
“En definitiva, la sostenibilidad es un factor que incrementa la rentabilidad y reputación de nuestras empresas lo que nos hace más atractivas de cara al talento”, ha aseverado.
JUNKERA
Por su parte, el presidente de APD Zona Norte, Eduardo Junkera, ha destacado que, en un contexto de globalización de la economía, donde las empresas compiten con las de cualquier parte del mundo, “la forma de hacer negocios solo basada en el beneficio económico está caduca, y el auge de los negocios sostenibles indican un camino irreversible para las empresas que quieren tener futuro, ya sean pymes o grandes”.
Según ha indicado, los beneficios para las empresas son “amplios”, tales como retención de talento, encuentro con consumidores con valores, acceso a nuevos mercados, ahorro de costes, mejor reputación, opciones de negocio con otras empresas o trabajo en alianzas sectoriales.
“Pero, entre las ventajas más destacadas para las empresas que conjugan las siglas ESG o ASG, figuran las que tienen que ver con inversores y reguladores, porque están ligadas a la inversión sostenible y la medición de la rentabilidad. Cada vez más mercados de capitales -incluidos los grandes inversores institucionales- evalúan los resultados de las empresas en cuestiones medioambientales, sociales y de gobiern corporativo (ASG)”, ha añadido.
Tal como ha destacado, una gestión “ineficiente” de ámbitos relacionados con el cambio climático, el agua, los derechos humanos o la lucha contra la corrupción, “puede afectar negativamente a las empresas y poner en riesgo su credibilidad y reputación”.
Por su parte, las empresas que gestionan “proactivamente” los riesgos y oportunidades ASG tienen “más probabilidades de obtener mejores resultados financieros a largo plazo”, lo que les convierte “en mejores inversiones”. “Las empresas transparentes generan confianza y contribuyen a un mercado fuerte y justo”, ha añadido.