
Los áridos, circulares por convicción y el primer eslabón de una larga cadena de sostenibilidad
OPINIÓN. Patxi Portugués, Presidente de ASECABI.
Hace ya unos años que los modelos productivos rápidos y sin preocupación por el entorno se han demostrado equivocados, y cada vez son más las voces que abogan por un sistema más consciente de consumo y de gestión de los recursos y los residuos. Este nuevo modelo, que se ha denominado “economía circular”, ha hecho grandes avances en los últimos años, e, impulsadas por los cambios legislativos que está promoviendo la Unión Europea, cada vez son más las entidades -públicas y privadas- que caminan en esa dirección.
Precisamente en esa línea se enmarca el Proyecto de Ley de Administración Ambiental de Euskadi, que acaba de aprobar el Consejo de Gobierno para que sea sometido a debate (y ratificación) en el Parlamento Vasco, y que, entre otras propuestas, incluye la exigencia de que al menos un 40% del material que se utilice en las obras públicas en Euskadi deberá provenir del reciclaje.
La noticia es buena para el medio ambiente, como también lo es para el sector de los áridos del País Vasco, que desde hace tiempo están trabajando para garantizar que la extracción y tratamiento de materias primas tuviera muy presente el impacto en el medio ambiente (para limitarlo en la medida de lo posible), y que llevan tiempo integrando los principios de la economía circular e integrando, como base para la producción de áridos reciclados y artificiales, la gestión de residuos de construcción y demolición, de las tierras y piedras de excavación, y de los residuos de otras industrias. Así lo destacaron, de hecho, las conclusiones del Congreso de la Asociación Nacional de Empresarios Fabricantes de Áridos (ANEFA)
La Comisión Europeaconsidera que “el sector de los áridos tiene que jugar un papel esencial en la gestión de los residuos de construcción y demolición”, y que también destaca que los fabricantes de áridos naturales, acostumbrados a trabajar “dentro de las estrictas limitaciones medioambientales” a la vez que elaboran productos de calidad y “competitivos económicamente”, están “perfectamente preparados para producir áridos reciclados exentos de sustancias peligrosas”. Y a hacerlo, además, “con unas propiedades constantes en el tiempo y a precios competitivos”. Y es que, como actividad estratégica y necesaria para la economía vasca y vizcaína, el sector de los áridos no puede quedarse atrás. Ya lo dice el presidente del departamento de Eficiencia de los Recursos de la Secretaría General de la Comisión Europea, Peter Handley, quien destaca que “la industria extractiva es un actor importante para la economía circular y tiene que jugar un papel clave”.
Por tanto, urge la prescripción de áridos reciclados, combinados o naturales en función de estándares de calidad. Y urge también que administración y proyectistas tengan en su mano un catálogo de productos que cumplan con todos los requisitos de calidad, durabilidad y medioambientales exigibles.
Igualmente, el sector extractivo de Bizkaia necesita del compromiso sólido del resto de agentes de la sociedad con la economía circular, y con los recursos que han sido extraídos y tratados de acuerdo con sus principios. No podemos olvidar que el sector tiene capacidad productiva sobrada para abastecer al territorio a través de recursos propios, fruto de una actividad comprometida con las buenas prácticas tanto en la extracción, como en la gestión de residuos y en la protección y rehabilitación de espacios. Y, sin embargo, sigue viendo con preocupación cómo se utilizan recursos de autonomías limítrofes, con el coste medioambiental que implica transportar por carretera desde puntos tan lejanos al lugar de consumo, y que están sujetos a un menor nivel de exigencia en el cumplimiento de la legislación, de compromiso medioambiental y en definitiva de Responsabilidad Social Empresarial.
Construir un futuro sostenible y de acuerdo con los principios de la economía circular está en la mano de todos. Las empresas extractivas de Bizkaia siguen actualizando sus procesos para hacerlo posible. Algo que también se espera del resto de agentes de la cadena.