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«La presión sindical ha forzado aumentos salariales que ahora van en contra del empleo»

Reconoce la «dedicación» de las instituciones, pero critica la escasa interlocución con los partidos políticos

Iñaki Garcinuño dejará la presidencia de Cebek el próximo 12 de mayo, tras ocho años al frente de la patronal vizcaína. / PEDRO URRESTI
MANU ALVAREZ
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Acaba de cumplir 14 años en diferentes cargos de la institución y ocho desde que asumió la presidencia de Cebek, la organización que representa a los empresarios de Bizkaia. Directo, claro, siempre ha hecho un esfuerzo por mantener un mensaje moderado, aunque no ha dudado en poner el dedo en la llaga. Lo hizo cuando reclamó a las administraciones vascas que cuidasen en sus compras a los proveedores locales; también cuando denunció el exceso de absentismo laboral en la industria o siempre que ha deslizado una visión crítica a propósito de la pérdida de arraigo de algunas empresas. Iñaki Garcinuño dejará de ser la cara y los ojos del empresario vizcaíno el próximo 12 de mayo, para ceder el testigo a Carolina Pérez Toledo, la primera mujer que asumirá esa responsabilidad.

 

 Minuto y resultado de la crisis. ¿Cómo lo ve?

– Hay un cierto pesimismo porque ha habido previsiones que no se van a cumplir. Sin embargo, nosotros ya apuntábamos a un crecimiento del 6,5% para este año, de ahí que no nos sorprenda tanto la lentitud de la recuperación.

«Soy optimista»

– Pero ¿es optimista o pesimista?

– Si hay que decantarse, soy optimista. Y eso que estoy convencido de que de aquí al verano nos vamos a mover con sensación de crisis y que la confianza en el inicio de la recuperación la hemos depositado en el último trimestre del año. Digamos que estamos cada vez mejor, pero nos falta bastante para llegar a la velocidad de crucero.

 Muchas empresas y autónomos están dopados por el crédito. ¿Puede haber una debacle en unos meses?

Espero que no. Pero es inevitable el cierre de empresas que ya estaban débiles antes de la pandemia. También habrá ajustes de plantilla, desgraciadamente. Si alguien piensa en lo contrario…

– Hay empresarios que se quejan del elevado coste laboral en las empresas que dirigen. Pero es fruto de acuerdos que ellos y sus antecesores han firmado. ¿No cree que hay una responsabilidad empresarial en ello?

– Sin duda, no se puede negar. Pero hay cuestiones que nos condicionan: la necesidad de ganar productividad porque la competencia también ha evolucionado o el mercado en el que estás ha cambiado sus parámetros principales. También nos condiciona el nivel de vida de nuestro entorno, los costes de la vivienda, por ejemplo. Incluso los salarios del sector público, que en muchos casos actúan como referencia. Pero también hay que admitir que por la presión sindical ha habido subidas salariales que ahora van en contra del empleo. En realidad se vuelven contra el conjunto de la empresa, de ahí que se reclame un cierto grado de flexibilidad para adaptarse a la realidad de cada momento.

«Hay dos modelos en Euskadi. El de alcanzar acuerdos y el de alejarse de la realidad»SINDICATOS

ELA y la realidad

– Si cuando llegó a la presidencia se marcó como objetivo normalizar las relaciones con ELA, le imagino defraudado.

– No fui tan ambicioso. Me planteé mantener una relación estable, pero esto requiere que las dos partes estén de acuerdo y no ha podido ser.

– Y la relación la definiría como…

– Cordial. Bueno, educada.

– Pero su estrategia no parece que sea la de llegar a muchos acuerdos.

– Les importa poco la realidad. Por encima de ella se sitúa su estrategia electoral para ganar más poder y también sus objetivos políticos. Y creo que ambas cosas dañan el interés colectivo.

– Un empresario en activo, como usted, ¿es realmente independiente al frente de una organización empresarial? Lo que haga en un sitio puede repercutir en el otro.

– Yo he tratado de actuar con honestidad y coherencia. Y creo que estoy legitimado porque todos los mensajes que he lanzado los he puesto en práctica en la empresa… Aunque efectivamente me haya generado algún dolor de cabeza.

– A modo de balance de estos ocho años al frente de Cebek, dígame qué impresión se lleva de los sindicatos.

– Que hay dos formas de hacer sindicalismo en Euskadi. Una la que está dispuesta a alcanzar acuerdos y creo que es la que más beneficia a los trabajadores. Otra la que se aleja de la realidad y carece de visión de país.

 ¿Y del Gobierno vasco?

– Soy muy respetuoso con el papel de las instituciones y con su trabajo. Por cierto, creo que hay mucha, mucha dedicación por parte de los responsables institucionales. Además tenemos una buena política industrial que viene de lejos. Creo que está en el ADN y en ese sentido me siento tranquilo de cara al futuro.

«El PNV no me ha preguntado mi opinión, pero nunca han escondido su oposición»REFORMA LABORAL

«Hemos sido tan grandes…»

– ¿Confía en el dinamismo empresarial vasco?

– Hemos sido tan grandes… Tan potentes… Éramos el motor industrial de España y ya no lo somos. Nos estamos alejando de ese 6,24% que representábamos en el PIB y eso quizá nos traslada una sensación negativa. Sin embargo, creo que aquí hay un tejido industrial importante, que está vivo, y mucho talento

 ¿Su interlocución con los partidos políticos ha sido buena?

– Ahí soy más crítico. Yo he tenido poca interlocución y hubiese deseado que el contacto fuese más estrecho, que nos hubiesen preguntado más veces nuestra opinión sobre algunas cosas.

– En torno a la reforma de la legislación laboral, está claro que hay dos almas dentro del Gobierno de Pedro Sánchez: la del PSOE y la de Unidas Podemos. ¿Cree que hay posibilidades de alcanzar un acuerdo con los empresarios?

– Pues es que la negociación apenas ha avanzado y es difícil tener una seguridad en este asunto. La reforma laboral dotó de flexibilidad al mercado laboral y creo que es evidente que ayudó a generar empleo. Me da la sensación de que una razón para explicar lo que está sucediendo hay que buscarla en la Unión Europea y en las condiciones que ha puesto para conceder la transferencia de los fondos de los programas de ayudas.

– La dirección del PNV se acaba de reunir con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, para hablar de la reforma laboral. No me diga que no les han preguntado a ustedes su opinión sobre el tema.

– A mí al menos no. Pero el PNV nunca ha escondido su posición sobre este tema. Se opusieron a la reforma laboral y apoyan su derogación. No lo comparto, pero esa es la realidad.

 

«Me he llevado algunas tarascadas estos años»

El presidente de CEBEK, Iñaki Garcinuño./

 Usted criticó en su día de una forma directa el papel que Kutxabank ha jugado como accionista de Euskaltel. Se refería entonces a la venta de participaciones y a la pérdida de control.

– Bueno, eso ya es parte del pasado.

– Creo que le costó algún disgusto porque la cúpula directiva del banco protestó por tierra, mar y aire.

– La verdad es que me he llevado algunas tarascadas en estos años. Pero como sucede en el fútbol con lo que pasa dentro del campo, lo que sucede dentro de Cebek se queda dentro.

– ¿Se arrepintió de hacer públicos aquellos pensamientos?

– Dije lo que opinaba y lo hice convencido. Creo que entre las responsabilidades de alguien que preside una institución como esta también está la de opinar, aunque esas opiniones generen incomodidad.

– ¿Coincide con la idea expresada por la consejera Arantxa Tapia al reconocer que, con un 5% de participación que podía haber tenido el Gobierno vasco en Euskaltel, no hubiese servido de gran cosa?

– Creo que tiene razón. En empresas tan grandes y en sectores tan dinámicos hay movimientos que son … imparables.

El papel de los fondos

 A propósito de estas operaciones, ¿tenemos que acostumbrarnos a vivir en un mundo de empresas controladas por fondos de inversión?

– Yo creo que es una consecuencia de la globalización y de la libre circulación de capitales. Puestos a pedir, yo espero que comiencen a cobrar cuerpo valores ligados a la inversión como la estabilidad a largo plazo, la implicación en el entorno en el que está la empresa… Pero todo esto que sucede, casos como el de Euskaltel, nos demuestran la importancia del accionista. También que hay empresas que hay proteger. Por cierto, Kutxabank es una de ellas.

– Y los fondos tienen una ventaja. No se sabe dónde están, de ahí que no sea posible manifestarse ante su sede.

– También es cierto.

 

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