
Alerta de un “tensionamiento brutal” al no poder sustituir Europa el gas ruso y de riesgo de seguridad de suministro en próximos 6 ó 7 meses
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ve “razonable” que, en un momento como el actual y temporalmente, se plantee desde España y Portugal topar los precios del gas, y ha destacado que España “regulatoriamente es un país estable”
Imaz ha realizado estas manifestaciones durante su intervención en el Encuentro Empresarial celebrado este miércoles por Cebek con motivo de su asamblea general bajo el título “Tras dos años de pandemia y una guerra en Europa: Cómo afrontamos las empresas las nuevas dificultades”.
El encuentro también ha contado con la presencia de la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia, y el director General de los Negocios -Business CEO- del grupo Iberdrola, Armando Martínez, moderados todos ellos por el doctor en Derecho y Catedrático de Derecho Internacional Privado de la UPV/EHU Juanjo Álvarez.
Imaz ha asegurado que es precisa “estabilidad” y no se pueden dar señales “equívocas” pero cree que España “regulatoriamente es un país estable” y está, “entre los mejores en el mundo, en términos de estabilidad y de lugares en el mundo para la inversión”.
Tras indicar que hay que separar los mercados libres de lo que son los mercados regulados, Josu Jon Imaz ha señalado que, en ese mercado regulado debe haber una “combinación razonable entre el interés del consumidor y del productor”.
Como productor, Imaz ha manifestado que, en un momento de “disrupción” como el actual, que se produce por los altos precios de gas, ve “razonable que al que tiene que producir gas con un ciclo combinado se le retribuya para que lo haga a ese precio y tenga la rentabilidad razonable”.
El consejero delegado de Repsol ha añadido que ve “razonable” que, en un momento como el que se vive y de una “forma transitoria y tasado en el tiempo para que no se destruya el principio de seguridad jurídica”, la regulación “opte por topar”.
Imaz ha afirmado que puede entender que el Gobierno central, junto con Portugal, opte por, de una manera temporal, por considerar esta “isla energética” y topar los precios del gas. Asimismo, tras apuntar que no se va a desincentivar las renovables, también cree que es “absolutamente razonable” desde el punto de vista del consumidor.
Por otra parte, Imaz ha manifestado su preocupación por lo que pueda ocurrir el próximo invierno desde el punto de vista energético, y ha advertido de la dependencia de Europa en términos de gas respecto de Rusia y el problema que existe para “sustituirlo”. “Hoy no se pueden sustituir los 150 bcm de gas que Europa recibe de Rusia”, ha agregado.
En este sentido, ha manifestado “no hay forma de cubrir prácticamente el 40% de ese gas” en Europa y eso va a provocar un “tensionamiento brutal”.
Imaz, que cree que como sociedad hay que hacer un esfuerzo “muy importante” de reducir consumos y acelerar al máximo la generación renovable, ha advertido de que hay un problema de seguridad de suministro en los próximos seis o siete meses que “va a impactar de una forma dramática”.
“Hay que hacer una reflexión sobre cómo abordamos los riesgos de seguridad de suministro que se pueden tener a lo largo de los próximos meses”, ha añadido.
Imaz llama también a “repensar” la transición energética con una visión “menos ideológica”, porque “se está haciendo mal”
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha llamado a “repensar” la actual transición energética con una visión “menos ideológica” porque “se está haciendo mal”, y tiene el riesgo de “impactar negativamente en la industria, en los costes energéticos y en los consumidores”.
Durante su intervención en el Encuentro Empresarial de Cebek “Tras dos años de pandemia y una guerra en Europa: Cómo afrontamos las empresas las nuevas dificultades y retos presentes y futuros”, celebrado este miércoles en Bilbao, Jon Josu Imaz se ha referido al conflicto bélico en Ucrania, y ha negado que sea el “causante de todos los males en la crisis energética”. “No es verdad”, ha asegurado.
“En noviembre de 2021, el petróleo estaba a 81 dólares el barril, y no había guerra de Ucrania, y en diciembre el precio del gas estaba más alto, y no había guerra de Ucrania”, ha argumentado.
Imaz ha dibujado un escenario en el que una sociedad sigue demandando “de forma creciente” petróleo y gas, va creciendo el consumo, va creciendo la demanda, se “desincentiva su producción,”, se ponen “dificultades desde el punto de vista inversor y financiero a los sectores y empresas para que inviertan en estas energías”.
“La inversión va bajando, la demanda sigue subiendo, la producción va bajando… Tampoco hace falta ser doctor en economía en Harvard para saber que los precios van subiendo”, ha añadido.
Para el consejero delegado de Repsol, se ha planteado “una transición energética necesaria, que tiene que tener su ambición, pero no es una transición inteligente, es una transición que tiene el riesgo de impactar negativamente en la industria, en los costes energéticos y en los consumidores”.
“Por lo tanto, mi primera reflexión sería: ambición, transición energética sí, sin duda, pero necesitamos repensar la transición energética”, ha demandado.
Para Imaz, es buen momento, “porque la energía tiene que cubrir un triple objetivo”. “Seguridad de suministro, –se nos había olvidado en Europa– competitividad/precio, para que nuestra industria pudiese competir y no nos desindustrializásemos y sostenibilidad”, ha citado.
TRANSICIÓN MENOS IDEOLÓGICA
A su juicio, la transición la “estamos haciendo mal, porque “se necesita una visión menos ideológica” de esa transición y cree que también hace falta “humildad tecnológica”.
Imaz, que ha indicado que la descarbonizacion debe ser un objetivo ambicioso, ha señalado que las familias no pueden hacer frente a los costes energéticos y las empresas tienes que parar porque la energía es “muy cara”.
Según ha señalado el mix energético es “caro” y “no es asumible” y ha añadido que se quiere descarbonizar pero están aumentando las emisiones, por lo que cree que “se está haciendo mal”. Por todo ello, Imaz, que cree que se está poniendo “la ideología por encima de la tecnología”, ha insistido en que se tiene que “repensar la transición porque “esto no es sostenible como sociedad”.
En su opinión, se va a seguir necesitando petróleo “durante mucho tiempo” porque la transición energética obligará a “utilizar más plástico en muchas aplicaciones”, y también gas. “Por lo tanto, necesitamos una transición energética que garantice que los hidrocarburos van a ser producidos los próximos años a precios adecuados, porque de otra forma vamos tener todos un problema de competitividad y de suministro”, ha indicado.
En ese punto, se ha referido a la Ley de Cambio Climático “que prohíbe explorar e investigar el gas natural”. “Luego nos escandalizamos del precio del gas, si estamos prohibiendo explorar, si tenemos que importarlo de EEUU… Industrialmente estamos dañando la competitividad de nuestra industria y estamos aumentando la dependencia respecto a terceros”, ha señalado. Además, ha recomendado “humildad y neutralidad tecnológica”.
Por otra parte, se ha mostrado convencido de que “una parte muy importante de la economía no se va a electrificar, ni ahora ni en las próximas décadas”, por lo que ha llamado a no fiar “todo” a la electrificación porque “eso sería un grave error”.
“Necesitamos descarbonizar los (combustibles) líquidos, y esto supone apuestas de otra naturaleza. Supone apostar por el motor a combustión. Lo contrario sería un gravísimo error. Estaríamos dañando a la industria más importante que tenemos en este país, que es la industria de la automoción”, ha añadido.
AUTOMOCIÓN
Josu Jon Imaz, cree que la gente ya no compra coches porque no sabe cuál adquirir. “Estamos dañando, con nuestra incertidumbre, a la industria y a las emisiones de CO2, porque los coches son viejos”, ha indicado.
El responsable de Repsol ha señalado que se está dando al que quiere comprarse un coche eléctrico “6.000 euros de subvención directa en muchos casos” y no pagan el impuesto de hidrocarburos, todo ello para dejar de emitir, “en el caso más favorable, 6 ó 7 toneladas de CO2 en toda la vida del coche”. “Se me ocurren otras muchas formas de descarbonizar mucho más baratas y es un sistema perfecto de transferencia de rentas de los pobres a los ricos, que es lo que estamos haciendo con las políticas para fomentar de determinadas formas de movilida. Y nos estamos cargando la industria de la automoción porque la gente está dejando de comprar coches porque no sabe qué hacer”, ha agregado.
Josu Jon Imaz cree que hace falta también humildad tecnológica, que con biocombustibles, combustibles sintéticos, avanzados, vayan a emitir menos CO2 que un coche de combustible. “Dejemos que la tecnología trabaje. Tengo una certeza: hoy un coche eléctrico en Alemania emite más emisiones en todo su vida que un diésel, desde el punto de vista de sostenibilidad con el CO2”, ha indicado.
El consejero delegado de Repsol cree que, además, se está descarbonizando “a costa de exportar empleos industriales y emisiones CO2 a otras partes del mundo”.
“Hoy el sector del acero y el sector del cemento emiten más CO2 que todo Europa. Si hacemos imposible la actividad industrial en Europa, perderemos empleo, perderemos industria y además emitiremos mas C02. Nos estamos haciendo, en ese sentido, un flaco favor, tenemos que tener la ecuación completa de las emisiones netas de todo el ciclo de vida en el mundo”, ha dicho.
Según ha admitido, Europa está ante “una situación de una emergencia energética” y las instituciones de la UE tienen que “apostar por resolver este problema de la dependencia en el corto plazo” y ha descatado que “el gas forma parte del futuro”. “Mientras tanto, hay que hacer una apuesta decidida por todas las la herramientas que tenemos, impulsar elementos de economía circular y repensar el precio del CO2 en el ámbito europea, se de una especulación financiera atroz”, ha indicado.
Para Josu Jon Imaz, la Comisión Europea “debe actuar para proteger el tejido industria, porque aquí hay una apuesta por la industrialización”. “Por tanto, apuesta decidida por la industria, y con ambición climática, debemos repensar la transición, si queremos tener una economía competitiva para la industria y unos precios más razonables para los consumidores”, ha manifestado.