
ARTÍCULO DEL IMQ
Contar con personas cualificadas, motivadas y productivas es una cuestión capital para cualquier organización por cuanto, más allá de la tecnología o la inversión, son las personas quienes, con su esfuerzo diario, hacen que las empresas funcionen, crezcan y se desarrollen.
Invertir en su salud no solo es, por tanto, un elemento fundamental para que las personas puedan aportar todo su potencial, sino también un factor esencial de competitividad empresarial, además de un elemento capaz de marcar la diferencia a la hora de captar y retener a los mejores profesionales.
Las prestaciones laborales relacionadas con la salud y el bienestar suponen, de hecho, uno de los elementos más valorados hoy por los empleados de cualquier sector y a la hora de elegir un trabajo, un factor de peso que a menudo decanta la decisión final. Se trata, por otra parte, de incentivos que ayudan a crear un vínculo duradero de compromiso mutuo, especialmente cuando la salud, la seguridad y la prevención forman parte prioritaria de la cultura y valores corporativos.
Apostar por crear y desarrollar una adecuada cultura preventiva es, sin duda, una decisión que incide positivamente en el trabajador y en la empresa, pero también en la sociedad por cuanto favorece un mejor uso y acceso a los servicios y extiende la protección, además del control.
La pandemia ha tenido, por otro lado, un gran impacto general, que ha marcado un antes y un después en muchos ámbitos. También en las empresas que, cada vez en mayor medida, cuentan con programas de prevención y salud conscientes de lo que éstos aportan, siendo una de las fórmulas más recomendadas para ayudar a este objetivo el aseguramiento colectivo a través de seguros médicos privados. Invertir en seguros médicos garantiza, al mismo tiempo, mayor grado de bienestar, compromiso y seguridad, coincidiendo tanto empresas como trabajadores en atribuirles preferencia entre los beneficios sociales que suelen las empresas ofrecer.
Ya desde el inicio, cuando alguien va a comenzar en un nuevo puesto de trabajo es fundamental que se le informe sobre los riesgos y las opciones de prevención y salud a su alcance. Analizar y evaluar los riesgos es el primer paso para crear un adecuado plan de salud laboral con medidas que deben ser tanto generales para el conjunto de la empresa como específicas para cada puesto de trabajo.
Sabiendo que no es posible eliminar por completo los riesgos, pues siempre los habrá, el objetivo es controlarlos para reducir su impacto y sus consecuencias, así como capacitar a las personas para que puedan identificar y prevenir los peligros que observan y para saber cómo actuar.
Además de una adecuada cultura preventiva y de una formación continua en la materia, el aseguramiento colectivo a través de los seguros de salud aporta, por su parte, una capa complementaría de protección y apoyo gracias a que permite un acceso más fácil, rápido y satisfactorio a pruebas diagnósticas, consultas, tratamientos e intervenciones con profesionales y centros de prestigio, con calidad, tecnología y equipamientos de primer nivel.
Entre sus beneficios se cuentan, además, la reducción del absentismo, la mejora del ambiente laboral, así como su influencia en la atracción del talento, contribuyendo igualmente a crear y mantener una buena imagen corporativa.
Dentro de los seguros de salud privados, el preferido por las empresas vascas es, desde ya hace más de 89 años, el de IMQ. Más de un millar de empresas confían la salud de sus personas a esta aseguradora, líder indiscutible del sector, gracias a su cobertura diferencial en amplitud, calidad, inmediatez y eficiencia, que ofrece la posibilidad de contar con más de 2.400 profesionales de referencia en Euskadi y otros 43.000 a nivel estatal, la mayor red asistencial propia y la tranquilidad de un amplio horario de atención, ágil acceso a pruebas, revisiones, y consultas preventivas, así como a novedosos tratamientos, tecnologías y servicios.