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Iñaki Garcinuño en El Correo «El Gobierno nos pide que subamos los sueldos y nosotros que nos compren más»

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IÑAKI GARCINUÑO  Asegura que nunca ha querido proponer medidas ilegales para favorecer a las empresas vascas pero pide «sensibilidad»

No era la primera vez que hablaba del tema, pero sí era una novedad que bautizase su propuesta como «un marco vasco de relaciones comerciales». Algo así como la concesión de un plus a las empresas locales a la hora de seleccionar los proveedores. Un mensaje dirigido a la Administración vasca -que ha maximizado la importancia de conseguir precios bajos, aunque ello suponga incluso una herida mortal para muchas empresas de la comunidad autónoma-, pero que también tiene como destinatarias las empresas privadas. Muchos han creído ver detrás de su reclamación un aire proteccionista, tan de moda en una parte del mundo como consecuencia de las ideas que está poniendo en práctica el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. El presidente de los empresarios vizcaínos, Iñaki Garcinuño, admite que lo ha hecho de forma intencionada, a sabiendas de que podía generar una cierta polémica, pero lejos de dar un paso atrás insiste en hacerlo hacia adelante. Quiere «remover conciencias», para que cuando se tomen algunas decisiones se analicen también las consecuencias que generan en el entorno económico.

– ¿Le han entendido mal?

– No, lo que sucede es que la polémica que se ha generado en torno a mis palabras es un reflejo del momento y de la sociedad en la que vivimos.

– Una misma frase, pronunciada en momentos distintos, puede provocar reacciones dispares. ¿El torrente de Trump tiene algo que ver?

– Quizá lo he puesto en bandeja, pero puede que este ambiente en el que vivimos sea la causa de muchas críticas que resultan curiosas. Al menos me ha servido para descubrir algo. No sabía yo que hubiese tantos liberales a nuestro alrededor. Pero entre lo que propugna Trump y lo que nosotros pedimos hay una gran distancia. Yo no quiero proteccionismo a base de leyes, pido sensibilidad hacia las empresas vascas. El presidente de los Estados Unidos utiliza la legislación, trata de poner trabas al libre comercio con nuevos aranceles. Yo no quiero nada de eso, sino que todos, Administración pública y empresas privadas, reflexionemos cada vez que tomamos una decisión de compra. Pido sensibilidad y también complicidad para defender las compras a empresas locales, no medidas legislativas.

– El portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, ha dicho que le parece «sugerente» esto del «marco vasco de relaciones comerciales»? ¿Qué le parece?

– Que sea sugerente ya es algo. Creo que tiene difícil decir otra cosa.

– Pero también dejó claro que la Administración no puede hacer gran cosa. Que el procedimiento de compras exige cumplir unas normas y respetar una competencia que impone la Unión Europea.

– Yo no pido que se incumplan las leyes, pero le aseguro que haciéndolo hay margen de maniobra para priorizar las compras locales. Es más, le aseguro que otros lo hacen.

Formas distintas

– No crea que es fácil de entender lo que quiere decir usted cuando se refiere a la idea de hacer compatibles ambas cosas.

– Le voy a poner un ejemplo. Imaginemos que tienes que contratar la limpieza de hospitales. Puedes hacerlo de varias maneras. Hacer una adjudicación para cada hospital, hacer paquetes de dos o sacar a concurso diez a la vez. En la primera y en la segunda de las opciones permites a las empresas locales presentarse e incluso obtener la adjudicación compitiendo. En la adjudicación en bloque probablemente no, porque quizá no tengas empresas con semejante potencial aquí, de tal forma que estás poniendo en bandeja que el contrato sólo se lo pueden llevar grandes compañías que vienen de fuera.

– Entendido, pero dicho esto, el plan que ha anunciado recientemente la Diputación de Bizkaia para crear una central de compras a la que incluso puedan incorporarse los ayuntamientos, camina en dirección contraria a lo que ustedes demandan.

– Es un tema que tienen en fase de elaboración y nosotros ya les hemos manifestado lo que pensamos. A veces, la apariencia de un ahorro de dinero en las adjudicaciones es en realidad lo contrario. Y no sólo porque el pequeño comercio de un pequeño municipio pueda dejar de ser el proveedor de los folios que consume su ayuntamiento, sino porque en las grandes compras podemos estar destruyendo tejido productivo. Y eso son impuestos y por lo tanto ingresos, precisamente para quien trata de obtener ahorros.

– No me negará que una parte del problema también es de ustedes. El País Vasco adolece de empresas de gran dimensión y usted admite que eso es un handicap para competir en algunos casos. Pero eso es una responsabilidad exclusivamente empresarial, no de la Administración.

– Eso es cierto y también que llevamos mucho tiempo poniendo el acento precisamente en la necesidad de contar con empresas de mayor dimensión. Eso tiene su camino y necesita su tiempo para madurar. Pero la Administración sabe qué tipo de empresas tenemos en Euskadi en estos momentos y también sabe que no todas exportan y que muchas, un alto porcentaje, dependen de las compras locales.

Hacer o decir

– Hay quien sostiene que este tipo de cosas hay que hacerlas, pero no decirlas.

– Estoy completamente de acuerdo. Pero cuando no se hacen, hay que decirlas para agitar el árbol, remover conciencias y generar reflexión.

– Entonces… digamos que el Gobierno vasco debería contratar los servicios de telecomunicaciones con Euskaltel y no con Telefónica, como hizo tras el último concurso.

– Comprenderá que no voy a entrar en casos concretos ni a poner etiquetas de vasquidad a las empresas. Entre otras cosas porque también hay que tener en cuenta no sólo la sede social, sino también los impuestos que paga cada uno, las inversiones que hace y los impuestos que deja aquí.

– Ha recibido críticas desde otras patronales vascas. ¿Le ha molestado?

– No, en absoluto. Tan sólo me ha reforzado la idea de que hay gente que ha nacido sólo para matizar a los demás en vez de para aportar ideas originales. Pero la verdad es que he recibido muchísimas más felicitaciones y muchas muestras de apoyo de los empresarios, que es lo realmente importante.

– Cambiemos de tema. El consejero de Hacienda del Gobierno vasco les ha animado a que suban los salarios este año porque, asegura, hay margen para ello.

– No crea que cambiamos del todo. El Gobierno nos pide que subamos los salarios y nosotros que nos compren más, porque si lo hacen tendremos mayor capacidad de atender sus sugerencias. Creo que además los empresarios vascos hemos dado muestras a lo largo de la crisis de ser sensibles en este tema. La subida salarial que el Gobierno va a aplicar a sus empleados, a los funcionarios, está en el entorno del 1%. La subida salarial que hemos pactado en los convenios que se han firmado está en ese porcentaje e incluso por encima.

Subir los sueldos

– ¿Comparte la tesis de que hay margen para más subidas?

– La subida salarial debe estar ligada a la rentabilidad de la empresa. Y también hay que tener en cuenta que en los dos últimos años se han aprobado incrementos importantes de las cotizaciones sociales.

– Y en eso llega la inflación y se dispara…

– Es una complicación, sin duda, aunque hay que darse cuenta de que está fundamentalmente ligada a los costes energéticos. Pero mantener la idea de que se puede indexar las subidas salariales al IPC es un error. Seríamos incapaces de absorberlo. Mire, la inflación va para arriba pero el Índice de Producción Industrial se ha mantenido en 2016 a la baja. ¿Que significa? Pues que las empresas no han conseguido trasladar el aumento de costes a sus clientes.

– En este contexto, ¿teme un incremento de la conflictividad? Parece lógico que la presión para conseguir aumentos de sueldo crezca si los trabajadores tienen la percepción de que cada vez es más caro vivir.

– Efectivamente ya se nota un incremento de la movilización, pero creo que las cosas han cambiado mucho en los últimos años. La crisis nos ha enseñado a todos a entender mejor las situaciones, también a los empresarios a explicar lo que sucede y a ser más transparentes y creo que a los trabajadores a entender mejor los problemas de cada empresa. Estoy convencido de que ahora, antes de que haya un conflicto, habrá mucha más reflexión.

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