
Tras la apertura a cargo de Cosme Carral (Socio responsable de KPMG en el País Vasco) y Carolina Pérez Toledo (Presidenta de CEBEK) intervinieron Amadeo Valcarce (Director Responsable de Governance, Risk & Compliance y Sostenibilidad KPMG País Vasco) e Isabel Fano (Socia responsable del Area Fiscal de KPMG en el País Vasco) que analizaron los principios ESG en la fiscalidad corporativa, haciendo hincapié en los Impuestos medioambientales, el entorno internacional y la tributación justa y la Transparencia, además de la información y buen gobierno en materia fiscal
Posteriormente fue el turno de Iker Isusi Apraiz (Departamento Fiscal de BBVA. Responsable de Política Fiscal, Control and Organización Global de Negocio) y el acto finalizó con un coloquio y y un CAFÉ Networking.
Carolina Pérez Toledo señaló en su intervención que “el mundo reconoce la necesidad de avanzar hacia la sostenibilidad en la línea marcada por la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Durante los últimos años, la sostenibilidad se ha ido posicionando como una de las principales variables para la toma de decisiones, tanto para las empresas en lo relativo a sus operaciones como en el proceso de la concesión de la financiación.
Los productos y los servicios financieros “verdes” no solo tienen un impacto positivo sobre la sociedad, sino que han incrementado su atractivo en el mercado, representando una buena parte del futuro de la relación entre empresas y financiadores.
En este contexto, el valor económico de las empresas depende siempre en mayor medida de los factores ESG (Environmental, Social and Governance) que generan ventajas competitivas en varios ámbitos (Import/Export, cuota de mercado, marketing, relación con proveedores y clientes, financiación,…).”
La presidenta de CEBEK añadió “los financiadores, bancos y fondos, tienen los mismos retos de transformación hacia factores ESG y lo hacen principalmente incluyendo clientes “verdes” en su cartera de inversiones.
Por otra parte, la Dirección Financiera de cada empresa debe asegurarse de que cuenta con marcos de financiación sostenibles que desgranen sus características ESG frente a posibles empresas financiadoras.

Esa dirección financiera tiene la responsabilidad de garantizar la implantación y adaptación de los mecanismos internos de supervisión para dar respuesta a los múltiples requerimientos en materia de sostenibilidad.
A nivel jurídico y fiscal, las siglas ESG plantean también un doble reto, por una parte el incremento exponencial del cambio normativo y por otra el carácter multisectorial y multidisciplinar de buena parte de las reformas legales que se avecinan en esta materia.
En definitiva, la sostenibilidad es un factor que incrementa la rentabilidad, no solo desde un punto de vista reputacional sino también en una mejora significativa en los términos de financiación aceptados por el mercado. Una mejor posición en el ranking “verde” permitirá el acceso a recursos financieros más baratos, más flexibles y más eficientes.”